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Como es el Amor cientificamente


Hoy vamos a hablar de las verdades sobre el Amor demostradas cientĆ­ficamente..
Como por ejemplo:
Es verdad que existe el amor a primera vista?

El amor es un impulso.

"El amor no es una emociĆ³n, sino un impulso, una necesidad fisiolĆ³gica para el ser humano", afirma Helen Fisher, antropĆ³loga de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) que lleva dedicĆ”ndose a la investigaciĆ³n del amor mĆ”s de 30 aƱos.
Ese impulso llamado amor surge cuando el cerebro se inunda de feniletilamina (anfetamina que segrega el cuerpo) a lo que responde liberando neurotrasmisores como dopamina, norepinefrina y oxitocina.
 TambiĆ©n bajan los niveles de serotonina y se libera adrenalina, que inunda el torrente sanguĆ­neo haciendo que aumente el ritmo cardiaco. 
La mezcla de estas sustancias hace que se creen vĆ­nculos emocionales con la otra persona y aparezcan los tĆ­picos sĆ­ntomas del enamoramiento: se acelera el corazĆ³n, empiecen los nervios y lleguen las mariposas al estĆ³mago.

 El amor crea adicciĆ³n, es como una droga.


Todos conocemos a alguien que es incapaz de estar solo, que solapa una relaciĆ³n con otra. ¿Por quĆ© pasa eso? Hay una explicaciĆ³n cientĆ­fica: cuando se estĆ” enamorado la dopamina que se libera empieza a desplegar sus efectos. 
La euforia, el deseo, la satisfacciĆ³n, el placer y la plenitud son consecuencia de la acciĆ³n de esta hormona o neurotransmisor, que activa las mismas Ć”reas cerebrales que el alcohol, el tabaco y otras sustancias adictivas. 
SegĆŗn un estudio realizado por la antropĆ³loga Hellen Fisher en 2010, tanto la droga como el amor provocan los mismos sentimientos placenteros. 
Por eso cuando ya no estĆ” esa sustancia (la dopamina), aparece el mismo sĆ­ndrome de abstinencia, como ocurre con las drogas.
3. El amor a primera vista existe.
EstĆ”s en un bar, en el metro o vas por la calle y de pronto te cruzas a alguien y piensas: "me acabo de enamorar". Si eres hombre posiblemente tengas razĆ³n, pero si eres mujer las cosas cambian.
La antropĆ³loga Helen Fisher ha comprobado que las mujeres cuando se enamoran empiezan a segregar dopamina y activan partes del cerebro encargadas de la memoria y la rememoraciĆ³n. Por eso, ellas tardan mĆ”s en enamorarse, porque necesitan mĆ”s interacciĆ³n con la otra persona. Mientras, los hombres activan las zonas del cerebro que responden a los estĆ­mulos visuales. Para ellos el aspecto fĆ­sico desencadena la liberaciĆ³n de esa sustancia y por eso suelen enamorarse mĆ”s rĆ”pidamente que las mujeres.
A esto se sumarĆ­a la teorĆ­a evolucionista segĆŗn la cual los hombres buscan una persona con la que sea efectivo tener descendencia sana y asĆ­ asegurar que su informaciĆ³n genĆ©tica pasarĆ” a la siguiente generaciĆ³n, como explica Brenda Eskenazi, directora del Center for Children's Environmental Health Research de la School of Public Health, en la Universidad de California, Berkeley. Las mujeres, por el contrario, intentan buscar que sea un buen compaƱero para la crianza de los descendientes.
4. Nos atraen las personas guapas y misteriosas.
Que te cruces con esa persona puede ser casualidad, pero que te fijes en ella no. Que te parezca guapa y atractiva tambiĆ©n depende de la Ciencia. Como apuntaba Helen Fisher en una entrevista con el divulgador Eduard Punset, "nos enamoramos de personas que resultan misteriosas". Esto se debe a que el misterio estĆ” asociado con la novedad y Ć©sta a su vez con la dopamina. A ello hay que unir que, segĆŗn un estudio realizado por la Universidad de Nuevo MĆ©xico en 2011, los seres humanos nos sentimos atraĆ­dos por la simetrĆ­a. Esto quiere decir que las carar simĆ©tricas activan las Ć”reas cerebrales implicadas en el enamoramiento.
Ignacio Morgado, catedrĆ”tico en PsicobiologĆ­a de la Universidad AutĆ³noma de Barcelona y autor del libro Emociones e Inteligencia Social, defiende otro aspecto relacionado con la simetrĆ­a, o mĆ”s bien con las proporciones. "Los varones de prĆ”cticamente todas las culturas se sienten especialmente atraĆ­dos por la figura femenina cuya relaciĆ³n entre el diĆ”metro de la cintura y el de la cadera es 0,7. Poco importa el peso del cuerpo si esa proporciĆ³n se mantiene. El 0,7 es el modelo ideal desde la perspectiva masculina", explicaba en la revista Quo. El especialista seƱala que hay datos que indican que las mujeres con esas proporciones [se calcula dividiendo los centĆ­metros de cintura entre los de la cadera] tienen en general menos prevalencia de enfermedades, aunque hĆ”bitos como el tabaquismo o la poluciĆ³n y el estrĆ©s hayan modificado y oculten esa posible realidad. "Al elegir la forma parece que los varones estamos tambiĆ©n inconscientemente eligiendo potencial reproductivo", aƱade Morgado en declaraciones al Huffington Post.
5. Nos obsesionamos con la otra persona.
SĆ­, es amor. Pero tambiĆ©n un poco de obsesiĆ³n. Que no puedas sacarte de la cabeza a la otra persona y que te acuerdes del mĆ”s mĆ­nimo detalle de la primera cita, a priori puede parecer una locura, pero tiene su explicaciĆ³n. "El colocĆ³n del enamorado lo producen las sustancias que fabrica su cerebro: el alto nivel de norepinefrina produce euforia y pĆ©rdida del apetito mientras el bajo nivel de serotonina tiene que ver con la obsesiĆ³n de estar con el amado", explicaba Helen Fisher en una entrevista concedida a la revista Muy Interesante
6. El amor es ciego.
Y esta frase tan popular, es cierta. La razĆ³n es que "la pasiĆ³n inicial se caracteriza por las desactivaciĆ³n de regiones del cerebro como la corteza frontal, implicada en la lĆ³gica y el razonamiento", afirma Morgado. De ahĆ­ que se diga que el amor es ciego.
7. Amores prohibidos son los mƔs queridos.
CuĆ”ntas historias habremos escuchado de amores imposibles, frustrados, en los que los protagonistas sufren por no estar con la otra persona. ¿Por quĆ© no pasan pĆ”gina y les cuesta superarlo? Pues parece ser que no es porque no quieran sino que porque no pueden. La dopamina, la sustancia que se libera al enamorarse, tambiĆ©n se asocia con la motivaciĆ³n y las conductas para alcanzar un objetivo concreto. Percibir el impedimento aumenta los niveles de dopamina. Si surgen obstĆ”culos aumenta la necesidad de conseguir el objetivo y los sentimientos se intensifican. Por eso, cuanto mĆ”s se prohibe ese objetivo mĆ”s atractivo resulta. Prueba de ello son Romeo y Julieta, que dan nombre a este efecto, el "Efecto Romeo y Julieta". Como explicĆ³ Carolina Bayo, coordinadora del taller La quĆ­mica del amor impartido en la Casa de la Ciencia de Sevilla, en la web de noticias teinteresa.es: "No es de extraƱar por tanto que los amantes crucen continentes para abrazarse unos pocos dĆ­as o que cambien de trabajo o incluso mueran el uno por el otro, cuando el sistema se activa poco podemos hacer"
8. La llama se apaga.
"Ya no es como antes", "hemos caĆ­do en la rutina", "la ilusiĆ³n no es la misma"... Son frases que suelen oĆ­rse en parejas consolidadas y no les falta razĆ³n. SegĆŗn recogĆ­a una entrevista a Eduardo Calixto, jefe de NeurobiologĆ­a del Instituto Nacional de PsiquiatrĆ­a RamĆ³n de la Fuente MuƱiz, en National Geographic , el paso del tiempo hace que los receptores de dopamina empiecen a perder sensibilidad. En un periodo de tres aƱos dejarĆ”n de responder al estĆ­mulo y desaparece esa sensaciĆ³n placentera de enamoramiento. Su sustituta es la oxitocina que estĆ” relacionada con la sensaciĆ³n de apego.
Esto explica que el sentimiento cambie, las emociones no sean las mismas: se sale de esa fase de enamoramiento, a la que Helen Fisher llama amor romĆ”ntico, y se pasa a una fase mĆ”s calmada en la que, si la relaciĆ³n no estĆ” construida en algo mĆ”s que en el enamoramiento y la atracciĆ³n sexual, la llama se apaga.
Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
SegĆŗn Helen Fisher cuando rompen con nosotros, experimentamos la llamada "atracciĆ³n de la frustraciĆ³n ". Esto significa que volvemos a sentir la pasiĆ³n que no habĆ­a al final de la relaciĆ³n amorosa. AsĆ­, es normal que la persona que no decide dejar la relaciĆ³n, aunque Ć©sta ya estuviera rota, intente por todos los medios recuperar a su pareja porque en el momento de la ruputura se activa el Ć”rea del cerebro que segrega la dopamina. Es decir, actĆŗa igual que al principio de la relaciĆ³n, igual que el primer dĆ­a.
Romper fotos y quemar las cartas ayuda.
Deshacerse de las cosas que te recuerdan a la otra persona para olvidarla probablemente sea un hĆ”bito que se practica desde que el mundo es mundo. Alguien que nunca lo haya hecho puede pensar que se trata de una reacciĆ³n de despecho. Que la persona que ha sido dejada se lĆ­e a romper las cosas y las fotos que le recuerdan al otro porque estĆ” dolida. Puede ser en algĆŗn caso, pero lo cierto es que generalmente es una forma de protegerse.
Como dice Fisher, el amor crea dependencia. Esto hace que para pasar pĆ”gina y para superar la ruptura haya que cortar de raĆ­z. Igual que cuando se quiere dejar de consumir cualquier sustancia adictiva. Se trata de evitar cualquier cosa que te recuerde a esa persona. "Yo recomiendo a los que sufren mal de amores el programa de AlcohĆ³licos AnĆ³nimos. Suprima de su vida todo lo que le recuerde a su examor. Nada de cartas y no llamar bajo ningĆŗn concepto…", aconsejaba al antropĆ³loga en una entrevista al diario El PaĆ­s en 2005.
El chocolate es la soluciĆ³n.
Cuando se termina una relaciĆ³n en la fase de enamoramiento el subidĆ³n de feniletilamina (esa anfetamina que produce nuestro cuerpo) cae de golpe. Esto hace que la persona piense que no puede vivir sin la otra. Pero en realidad lo que pasa es que tiene el “mono” como explica JesĆŗs. J. de la GĆ”ndara, jefe del Servicio de PsiquiatrĆ­a del Complejo Asistencial de Burgos, a elmundo.es. Tu cuerpo necesita la feniletilamina, y la necesita ya. Ante esta ausencia es normal que se prepare para pasar sus peores momentos aferrĆ”ndose al chocolate. Esto se explica porque es un alimento rico en feniletilamina que le harĆ” sentir, por lo menos, un poco mejor.
Del amor al odio sĆ³lo hay un paso.
El amor y el odio estĆ”n Ć­ntimamente relacionados porque producen las mismas sustancias quĆ­micas, tienen mucho en comĆŗn, segĆŗn afirma Fisher. De ahĆ­ la expresiĆ³n tan famosa. SĆ³lo hace falta un detonante, un pequeƱo detalle para que pases de un sentimiento al contrario de forma radical. Uno ejemplo clarĆ­simo de este tipo de detalles, aunque no tan pequeƱo, es la ruptura. Es muy probable que en la escala del odio de una persona a la que han dejado de mala manera pase de cero a cien en cuestiĆ³n de segundos. Carolina Bayo asegura que "si se analizan los ciclos cardĆ­acos de una persona no se puede apreciar diferencia entre si una persona acaba de matar o ha tenido un orgasmo".
La mayorĆ­a de las mujeres se quedan "pilladas" cuando tienen sexo.
"Amor y sexo son diferentes en cuanto a que pueden darse el uno sin el otro, funcionan y dependen de mecanismos cerebrales y hormonales que, aunque solapados, son en buena medida tambiĆ©n diferentes”, afirma Ignacio Morgado. Sin embargo, Eduardo Calixto explica que la zona de liberaciĆ³n de dopamina se activa durante el sexo y el hecho de que en las mujeres este Ć”rea sea un 70% mĆ”s grande que en los hombres puede hacer que ellas se impliquen emocionalmente. Por eso Helen Fisher afirma: "No hagas el amor con la persona de quien no quieras enamorarte".

Infieles por naturaleza.

Desde el punto de vista evolutivo uno de los principales intereses biolĆ³gicos del ser humano es que su ADN pase a las siguientes generaciones. El individuo seguirĆ” la estrategia de reproducciĆ³n que le permita tener mĆ”s hijos, ya que asĆ­ tendrĆ” mĆ”s posibilidades de que sus genes sigan transmitiĆ©ndose. Es decir, la monogamia no serĆ­a la mejor opciĆ³n para conseguir ese objetivo. Por eso, se podrĆ­a afirmar que el ser humano es infiel por naturaleza, para cumplir sus intereses biolĆ³gicos. Tal y como explica el doctor en PsicologĆ­a Christopher Ryan a la revista Quo, la poligamia serĆ­a un comportamiento evolutivo mientras que la monogamia serĆ­a un comportamiento social: "La monogamia es antinatural, antes de ser sedentarios la reproducciĆ³n no se limitaba a una sola pareja, pues cuantas mĆ”s parejas tuvieran las hembras tenĆ­an mayores posibilidades de tener hijos". Aunque esto no deberĆ­a ser asĆ­ necesariamente. El propio Ryan lo aclaraba en una entrevista al diario ABC: "Tenemos la capacidad de controlarnos. La monogamia es como ser vegetariano. TĆŗ puedes decidir ser vegetariano y puede ser una decisiĆ³n sana, inteligente y Ć©tica. Pero ser vegetariano no cambia el hecho de que por naturaleza eres omnĆ­voro. En nuestra especie somos omnĆ­voros tanto en la dieta como en el sexo".
Se han encontrado dos razones por las que el hombre ha evolucionado hacia la monogamia. En 2013 se publicaron sendas investigaciones en mamĆ­feros que daban la respuesta definitiva al porquĆ© de esta evoluciĆ³n, aunque con resultados diferentes. El primer estudio, de la Universidad de Cambridge, establece que la razĆ³n es la protecciĆ³n de la hembra para evitar la competencia con otros machos. La otra investigaciĆ³n publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', afirma que los mamĆ­feros monĆ³gamos lo son para evitar el infanticidio, que otros machos maten a sus hijos para concebir con la madre.

Al hombre le duele mƔs la infidelidad sexual mientras que a la mujer la emocional.

¿Te dolerĆ­a mĆ”s que te engaƱaran emocionalmente o fĆ­sicamente? Morgado asegura que, “aunque las parejas no tiene que permanecer unidas toda la vida, el amor crea la impresiĆ³n de que es asĆ­ y por eso contribuye a estabilizar la uniĆ³n. Los celos ayudan a impedir que se rompan esos compromisos". A partir de esto se deduce que "desde un punto de vista evolutivo la idea es que la mujer resultarĆ­a mĆ”s afectada por la infidelidad romĆ”ntica de su pareja masculina que por su infidelidad sexual, pues la romĆ”ntica le harĆ­a perder los apoyos que necesita en su misiĆ³n reproductora. El hombre, por el contrario, asume mĆ”s riesgo por la infidelidad sexual de su pareja femenina que por la romĆ”ntica, pues esta Ćŗltima nunca le llevarĆ­a a invertir energĆ­as y tiempo en la crĆ­a de un descendiente que no fuera biolĆ³gicamente suyo". Morgado lo resume: "Visto asĆ­ el hombre se sentirĆ” mĆ”s perturbado por las relaciones sexuales extramatrimoniales de su pareja que por sus amores, y al revĆ©s en la mujer, que acusarĆ­a mĆ”s los amores de su pareja masculina".

InformaciĆ³n recogida de:
https://www.huffingtonpost.es

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