Las Momias, es uno de los mayores intereses que tenemos de la cultura egipcia.
La momificación era una necesidad de tipo religioso, porque los egipcios creían en la vida después de la muerte, pero vinculada a la conservación del cuerpo muerto y esta técnica permitía alcanzarla.
En las primeras etapas egipcias, se enterraban los cadáveres envueltos en pieles de animales o esteras, en fosas en el desierto sobre las calientes arenas que absorbían el agua de los tejidos corporales y conservaba el cuerpo por métodos naturales de desecación.
Pero cuando los egipcios empezaron a usar tumbas, los cuerpos ya no estaban en contacto con la arena y para que no se petrificarán empezaron a usar la momificación.
Es durante el período ArcaicoEl Periodo Arcaico de Egipto, también llamado Época Tinita o Periodo Dinástico Temprano (c. 3150-2890 a. C.)., cuando la momificación comenzó a experimentar un mayor interés, cuando observaron que si se enterraba a los muertos en ataúdes de madera para protegerlos y a su vez los enterraban en tumbas construidas exprofeso, los cadáveres llegaban a descomponerse.
Para evitarlo, empezaron a desarrollar diferentes técnicas artificiales de momificación.
Los embalsamadores lavaban y preparaban el cuerpo del difunto para llevar a cabo diversas operaciones de momificación, que duraban 70 días.
El cuerpo eviscerado se secaba al sol y se cubría con varias capas de aceites vegetales (resina de coníferas, aceites aromáticos y ungüentos) y animales (cera de abejas, que debido a sus propiedades hidrofóbicas y antibacterianas jugaron un papel importante).
Después se ponían las vendas sobre el cuerpo, y sobre todo, en el Período Tardío se colocaban sobre la momia determinados amuletos que hacían un papel protector y se ocultaban bajo otras vueltas de venda.
A veces, se colocaba además una red elaborada principalmente con cuentas de loza. A continuación, el cuerpo se colocaba en uno o varios sarcófagos pintados y grabados.
A veces, la cara se cubría con una máscara de momia, usualmente pintada, pero que, en el caso de las momias reales, se hacía en oro, para reflejar su aspecto idealizado.
A pesar de este gran interés, la momificación solo es accesible para las clases altas.
En esta época, los embalsamadores realizan incisiones en el cuerpo para la extracción de los órganos internos de la caja torácica y del vientre, por lo que se han encontrado especialmente vasos canopos para contenerlos.
Las vísceras momificadas, envueltas en paño de lino se colocan en cuatro vasos canopos decorados con cabezas de cuatro hijos de Horus: Amset (cabeza humana), Hapi (cabeza de babuino), Duamutef (cabeza de chacal) y Quebesenuf (cabeza de halcón).
Las momias más famosas son de este período, como las de Ramsés II o Seti I. Las momias de reyes o príncipes son consideradas como verdaderas obras de arte.
Algunos órganos que se lavaban con vino de palma y especias tostadas se mantenían en cuatro vasos canopos con la imagen de los cuatro hijos de Horus. En el interior del vaso canopo de Amset se colocaba el estómago y el intestino grueso. En el de Hapi, el intestino delgado, en el de Duamutef, los pulmones y en el de Quebesenuf, el hígado y la vesícula biliar. El corazón se quedaba generalmente en su lugar o se volvía a colocar en su sitio, pues era importante que no se separara del cuerpo ya que se suponía que era la sede de los sentimientos, el pensamiento, la conciencia y la vida, siendo responsable de la individualidad de cada persona.
Vendaje
Esta cuarta etapa tiene por objetivo preservar la carne y evitar la desintegración del cuerpo.
Los coaquitas (coacytes) envolvían el cuerpo con finas vendas y colocaban amuletos rodeados de papiros en el cuerpo del difunto, después de haber llenado las cavidades abdominales y la caja torácica con tampones de lino impregnados con resina, serrín de madera o incluso líquenes aromáticos (como en las momias de los faraones Siptah y Ramsés IV).
A veces, determinados amuletos prescritos por el ritual, estaban cosidos a una red de cuentas de fayenza azul sobrepuestos a la momia.
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